Hace poco oía en una conversación de tren la siguiente frase: “las personas están de moda y nos guste o no, tenemos que trabajar en ello”.
Esta expresión agudizó mi oído y salió de mí ese personaje curioso que quiere conocer más. ¿Qué dicen estos señores? ¿De qué están hablando? ¿A qué se referirán? ¿En qué trabajan? Y por último me sale la curiosidad más chismosa, ¿Qué tipo de relación habrá entre ellos? ¿Se atraerán? ¿Serán compañeros de trabajo?…
Me di cuenta que cuanto más le habrá la puerta a mi capacidad de curiosear, más preguntas me salen y más voy aprendiendo de lo que pasa a mi alrededor.
Sin duda el lector me puede tachar de chismoso o cotilla pero para serlo me falta el complemento perfecto que hace que esa definición sea cierta sobre lo que me pasa, que es ir a contarlo a los demás. Es decir, saber, contar y chismosear o chismorrear. Sin embargo, yo sigo que soy simplemente un “preguntón”.
Yo, como muchas personas, me quedo mis preguntas para mí, porque me atrae conocer lo que se cuece dentro de las personas y que es también mucho de lo que se cuece dentro de mí. Fue precisamente la expresión “las personas están de moda” la que me hizo sentirme muy a gusto con mi condición de amante de lo que nos pasa, de lo que somos y de lo que hacemos.
Esto que me pasa, cada vez es más compartido, y hay todo un mundo científico que convierte estas preguntas en algo poderoso gracias a pensar y estudiar sobre lo más profundo del hombre, lo más profundo de las personas. En este sentido podemos incluir a filósofos, religiosos, psicólogos y cada vez más personas centradas en el crecimiento de los que nos rodean.
Uno de los aspectos que más trascendentes en el conocimiento del hombre y que más está influyendo entre los que trabajan con y para las personas es el conocimiento de lo que es y lo que se puede conseguir con las emociones, y hoy destaco la reciente creación de PIXAR y DISNEY con su película Inside Out como un auténtico ejemplo de esto que hablamos en cuanto atractivo y sobre todo poderoso.
En esta película se presentan cinco personajes principales que representan lo que ellos y muchos científicos determinan como emociones básicas, que son la alegría, la ira, la tristeza, el miedo y el asco.
Sobre esta simplificación y determinación de emociones básicas no quiero entrar, puesto que son muchos los que no están de acuerdo o en el número o en el nombre, pero al menos sí es generalizado que están todos muy cerca de la definición y la mayoría de estas se encuentran en todos los listados de emociones básicas.
Lo que sí podemos destacar de esta película es que mientras más conozcamos nuestras emociones, lo que nos pasa, lo que nos provoca, lo que nos afecta, más podemos trabajar para conseguir que esas emociones sean nuestras aliadas para la consecución de los objetivos de nuestra vida.
Se trata de tener procesos de interiorización para conocernos. Meternos dentro para saber lo que nos mueve y lo que nos detiene, lo que nos que muchas veces nos da vida y otra nos la quita. Se trata de eso, de lo que casi nunca hacemos que es mirarnos por dentro para seguir caminando en nuestro camino o en un camino nuevo.
El mundo de los recursos humanos lleva muchos años trabajando en fórmulas y herramientas para ayudar a las personas a crecer en su camino y desde hace muchos años sabe que la clave está en el interior, y dentro del interior tienen papel protagonista las emociones. En este sentido, un gran avance hicieron unos científicos cuando empezaron a valorar el concepto de inteligencia emocional como protagonista sobre la inteligencia.
Una de las claves que están poniendo en valor los profesionales es que no es fácil hacer que las personas viajen a su interior para hacer su camino solas sino que es mejor acompañados. Se trata entonces de encontrar los mejores acompañantes y hoy se habla de herramientas de acompañamiento y de aprender a acompañar. Tanto es así, que hoy, muchas empresas buscan personas con capacidad de acompañar o personas que se convierten en profesionales del acompañamiento. No se trata de consultores ni asesores, no se trata de médicos ni de psicólogos, se trata simplemente de buenos acompañantes. Aquí aparece la figura del coaching como una de las herramientas interesantes de acompañamiento y del coach como profesional.
La misión de un coach es acompañar a las personas en el camino hacia objetivos, aportándoles herramientas que le ayuden en su viaje interior para construir caminos hacia el futuro.
La formación y el entrenamiento de un coach se basa en un mundo de experiencias para entender y trabajar emociones, identificar objetivos, saber generar relaciones entre personas y desarrollar habilidades de comunicación internas y externas que tan importante son para todo lo que queremos conseguir en la vida. Entre estas habilidades de comunicación está sobre todo saber escuchar en primer lugar y, volviendo a mis orígenes, saber preguntar en segundo lugar. Y cuando se conoce, se trabaja y se entrena bien, se consiguen resultados extraordinarios.
El coaching no es ni la única ni la mejor herramienta de desarrollo de las personas y los coaches ni son motivadores ni salvadores de lo que nos puede pasar pero sí, el coaching es una herramienta que el mercado necesita y las empresas y las personas están demandado y contratando servicios de coaching para la construcción de sus propios caminos.
Por todo ello, hoy es una oportunidad trabajar y formarse el coaching, tanto por el crecimiento interior como por la posibilidad de hacer crecer. También es interesante por la posibilidad de encontrar y desarrollar una nueva profesión. Pero para que funcione y funcione bien, lo único que les pedimos a los interesados en este apasionante mundo es que les apetezca trabajar con personas y que se preparen bien, con buenos fundamentos y con formación certificada, que para ello ya existen escuelas y asociaciones reconocidas.
Sin duda “las personas están de moda” y cuando alguien se mete y ve los resultados y las transformaciones solo le queda disfrutar y seguir comprometido con amor a ellas.